Zapatero ha remodelado su gobierno tras pasear por diversas cumbres e innumerables portadas con Barack Obama, ese paradigmático líder mundial -acaso mesías- por el que todo el mundo, incluido el fantasmal y guadianesco Fidel Castro, está dispuesto a hacer cualquier cosa para ayudarle. A eso le llamo yo suerte, ¡pardiez!
Y aunque las malas lenguas (las que siempre murmuran) malician que el presidente se ha quedado para sí en la Moncloa el negociado de los deportes, ese ministerio prometido que no ha sido pero que es el que más lustre otorga a nuestra alicaída España, trufada por galopantes y superpobladas colas del paro, espías y sastrecillos lenguaraces, ha tenido a bien colocar al frente de Cultura a la cineasta Ángeles González Sinde. Me pregunto si su antecesor, César Antonio Molina, habrá sido decapitado por el ridículo de la medallita de Fran y el revuelo protagonizado por los dos toreros insumisos que le devolvieron la condecoración con una carta punitiva al dorso. ¿Quién sabe?
Sin embargo, lo mejor de todo, al menos para este plumilla taurófilo, es que la nueva ministra parece seducida por el toreo. Tanto es así que reconoció en un sabroso artículo que el guión de 'La buena estrella' lo escribió durante una feria isidril «gloriosa para Joselito: por la mañana escribir, luego comer, luego repasar lo escrito, luego a Las Ventas».
Qué alegría da ver a un político decir y hacer lo que siente, porque Montilla, abonado desde siempre a la plaza de Barcelona, desde que es Honorable president de la Generalitat no ha vuelto a ocupar su barrera en La Monumental. A eso le llamo yo personalidad ¿O no?
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que sale los jueves y que se llama Mira por dónde.