o Hay un espanto de muerte por el callejón en esta increíble instantánea (la he sacado de El País.com, se la firman a EFE y me imagino que habrá un tipo detrás del objetivo) obtenida ayer en una de las novilladas preliminares de la feria de Fallas. Hay una turbamulta de manos en el crotal de la herida donde mana la sangre porfiando con la vida para no escaparse, para sujetarla en la tierra, para que no se vaya a los altares.
o Es la puta verdad del toreo, la verdad que nos hace fuertes, que dignifica y arropa cada lance, cada natural escarnecido al compás de un misterioso enigma que da alas a dejarse morir embadurnado en tu propia sangre.
o El toreo es sanguinolento porque el caudal que nos recorre por dentro existe para jugarse la femoral en un suspiro. Y es la muerte misma a la que se burla y se consiente, a la que se domina y mima, a la que se recrea y crea para soñar con sobrevivirla.
o Porque el toreo sobrevive a la muerte, reina sobre ella como ningún otro arte. De ahí su intensa paradoja, de ahí que alguna tarde algún osado pague con su sangre tamaño atrevimiento.
o Sobrevivir a la muerte, aguantar el dolor, soñar, sufrir por adelantado, caerse y volverse a levantar, andando, buscando el estoque perdido mientras del muslo brota un oceáno de plasma como un río, como una catarata.
o No rendirse jamás; soñar siempre con el toro a tu lado, burlado, aleteado, toreado al fin...
o Antonio Hernández se va en volandas mientras le sujetan la femoral reventada y en su mirada se adivina esa pena por no haber labrado la faena tantas veces soñada y supirada.
o Se va el humilde novillero herido empapándolo todo de su sangre; el vestido destruido, pero la cara grave de consciencia absoluta de su virtud de héroe.
o No sé quién eres, novillero, ni dónde te han parido, pero ayer venciste a la muerte y por eso eres torero, y para mí no hay nada más grande que ser torero.
o Addena Matutina: me dice Andrés Verdeguer Taléns que el fotógrafo "es Kai Fösterling, uno de los mejores que pululan por la ciudad de Valencia, aunque muchos dicen que simplemente es el mejor. Esto último lo suelen decir sus propios compañeros". Y que el novillero dramáticamente herido es Antonio Hernández, "hijo de José Hernández El Melenas, de 29 años, y esta novillada era como una oportunidad a destiempo, un regalo el estar en fallas con ningún mérito a la espalda. En el saludo de capa se ha llevado dos volteretas, y mezcla de ilusión e insconsciencia se ha ido a los medios a citar con la diestra. El resultado del cite ha sido ese cornadón".
o En Cornadas para todos, el blog de Andrés, se puede leer todo lo acontecido en la novillada y seguir de primera mano todo lo que sucede en el coso de Xátiva.