Los trovadores llevamos la emoción a las gentes por todos los lugares, dice el cantautor cubano con su último disco, 'Regalo', bajo el brazo
A Pablo Milanés le gusta definirse como «un trovador de nuestro tiempo» y evocar la figura de aquellos músicos nómadas del medievo para reflexionar sobre el papel de un cantor en la actualidad: «Básicamente representamos lo mismo, llevamos las canciones y la emoción de las gentes por todos los lugares. Yo llevo cantando toda la vida; he tenido el privilegio y la oportunidad de podero haber hecho en los lugares más intrincados y perdidos que uno pueda imaginar y también en los auditorios más célebres del planeta, en Nueva York, en París..., y el mensaje que he enviado a los públicos ha sido similar e igual su respuesta, porque la emoción trasciende fronteras, igual que la poesía, porque es la misma vida.
– ¿Qué Pablo Milanés vamos a encontrar en el concierto de esta noche?
– El mismo de siempre pero con la presetación de un disco que se llama ‘Regalo’ y en el que he estado trabajando los últimos años con la mente puesta en seguir aproximándome a los conceptos musicales a través de los cuales he ido desarrollando mi carrera. En ‘Regalo’ coqueteo, como tantas veces, con el jazz, una música que amo y con la que siempre me he sentido muy feliz e identificado.
– Usted lleva subido a los escenarios desde mediados de los años sesenta... ¿Le queda algún estilo por descubrir?
– Claro que sí, soy un enamorado de la música y me encanta desplazarme por muchos registros. Por ejemplo, soy un fan enorme de los sonidos sureños de Norteamérica. El artista ha de estar siempre pendiente de lo que sucede a su alrededor para no despistarse.
– ¿Le define la dulzura?
– En parte sí, creo que para un artista es vital ser capaz de llegar a las emociones más íntimas, a las cuestiones que en ocasiones nos producen dolor o sufrimiento.
– ¿Cómo se siente musicalmente hablando?
–No quiero parecer retórico, pero la verdad es que albergo sensaciones mejores que nunca. Tengo 66 años y estoy fascinado con el disco actual; emocionado por seguir contando con ese privilegio del favor del público. Esto es algo indescriptible.
– Ha musicado a muchos poetas. ¿Necesita la poesía música?
– Son cosas diferentes, el poeta pone el acento musical al escibrir su obra. Yo soy músico y contemplo la arquitectura de cada canción como un todo global, no como elementos que se conjugan al final.
– ¿Sigue siendo rebelde?
– Lo que pretendo es ser fiel a mí mismo, a mis ideales personales y sociales. A estas alturas de mi vida no puedo cambiar ni reinventarme.
– En el disco ha recuperado una canción –Paloma que quiso volar– que usted compuso en 1963. ¿Por qué lo ha hecho?
– Tengo muchos temas que he cantado y que no he grabado. Y sabe lo que sucede: que parece que no haya pasado el tiempo por ella porque si dijera que la compuse ayer nadie se sorprendería. Es de 1963, pero suena totalmente nueva. (Esta entrevista la publiqué en el Diario La Rioja el pasado sábado, día en la que el cantautor cubano actuó en Logroño).