Nacencia (un relatillo sobre una mujer)
Nacencia: dícese del momento en que las bestias, las plantas y las personas arriban a este paraje donde ciertas esculturas se mueven y los leotardos de las amigas siempre han sido una meta indescriptible y jamás confesada. Miento si digo que lo que a continuación se describe es falso o fruto de mi imaginación. Miente el que dé réplica a la afirmación anterior y discrepo del que no la acate. Espero que esta descripción os haga retener su nombre, aunque dudo mucho de que algún día alguien sea digno de pronunciarlo. Me río de las que se vean aquí reflejadas porque la comparación siempre acecha a las mediocres.
A las 22.00 horas de aquel curioso día, su madre rompió aguas en medio de un increíble ataque de nervios. La comadrona era una mujer alegre, fría y enérgica, aunque sus dedos retorcidos y gordos sólo podían inspirar, no sé, una mística y despreocupada desconfianza. La verdad es que en el ambiente de aquel paritorio flotaba la idea de que lo que venía iba a traer mucha cola, y aunque no fuera precisamente una cola carnal, sí que era una cola desmesurada.
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o Este cuentecillo lo publiqué en el libro Relatos Riojanos, editado por Diario La Rioja en 1997. (El dibujo es de Leza).
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