Caminante era un cabestro de los de testuz rizada y larga badana que campaneaba monótona de izquierda a derecha cuando enfilaba grupas de un corral a otro para enchiquerar a los toros antes de las corridas por todas las plazas del orbe taurino. Caminante había nacido bravo en una de las ganaderías más encastadas hace 16 años, pero su pelo –berrendo en colorao– lo sojuzgó para siempre y sus manchas le marcaron un destino oscuro y cruel de cerrado en corral y de la abundancia del verano a la placidez vacía de los inviernos de descanso en las dehesas de las fincas de los Trujillos, donde cumple hoy día las misiones propias de los de su estirpe, andar, convivir y pergeñar con las bravas reses de las vacadas de lidia...
o Este cuentecillo lo publiqué en el libro Relatos Riojanos, editado por Diario La Rioja en 1996.
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o La foto que ilustra el post es obra de Arsenio Ramírez y Gorka Azpilicueta y la he encontrado en su web: Por las Rutas del Toro).