Incluso perseguida,
su apariencia de no tener prisa...
¡Una mariposa!
Owarete mo
isoganu furi no
kochô kana
o Yo mismo y mi comentario: quietud interior frente al horror cotidiano de lo vertiginoso, de esa prisa que nos impone el progreso, el trabajo, las veleidades de lo que nos amarga. La mariposa es como el mar que quieto se mueve, como la mirada de una estatua, como el aroma de un nardo en primavera.