Lo confieso, no hay toque que me duela más que el de Rafael Riqueni, sevillano e imprevisible maestro, genio, cabal y absolutamente delicado en el toque y en el compás. Gocémonos con esta soleá imponente.
Lo confieso, no hay toque que me duela más que el de Rafael Riqueni, sevillano e imprevisible maestro, genio, cabal y absolutamente delicado en el toque y en el compás. Gocémonos con esta soleá imponente.