Miguel Ángel Perera analiza la temporada que le ha llevado a la cumbre y rememora sus tres tardes en San Mateo: «Tengo un recuedo imborrable de Logroño»o «No sé si me hubiera atrevido a soñar todo lo que ha sucedido esta temporada»
o «Las figuras lo son porque en el momento que otros paran ellas echan la moneda al aire»
o «Me obsesiona a hondura, superarme y mejorar cada día»
Miguel Ángel Perera se ha instalado en la cumbre del toreo en una temporada arrolladora que culminó el tres de octubre con una impresionante tarde en Las Ventas. Dos cornadas y más de cinco operaciones contemplan el final de un año que ha encaramado al diestro extremeño en lo más alto del escalafón: «He visto muchas veces las imágenes de la corrida de Madrid, me reconozco perfectamente en ellas y si me volviera a pasar quince veces, otras tantas volvería a hacer lo mismo, tanto en la primera como en la segunda cogida. Simplemente me limité a ser fiel a la forma en la que entiendo esta profesión y a los valores que posee el mundo del toro; su integridad y su pureza». De esta manera se expresó Miguel Ángel Perera en una entrevista que concedió al programa Sol y Sombra, de Punto Radio La Rioja.
– ¿Pensaba a principios de temporada que el año iba a terminar para usted de esta forma?
– Si una persona no tiene fe en lo que hace difícilmente puede continuar en la brecha cada corrida, pero es verdad que ha sido un año muy redondo. Tanto es así que si me hubieran pedido que lo hubiera soñado antes quizá no hubiera llegado a anhelar tanto porque sé perfectamente lo dura que esa esta profesión y las muchas circunstancias que tienen que concurrir para llegar arriba. Pero no voy a ser yo quien me quite méritos porque soy una persona muy sacrificada y muy exigente conmigo mismo.
– ¿Qué recuerdos guarda de su paso por la feria de San Mateo?
– Muy especiales porque viví tres tardes muy diferentes entre ellas, con triunfos importantes y con la épica final de aquel sobrero de 'El Ventorrillo' de 611 kilos. Fue algo muy hermoso y tengo un sabor imborrable de aquellos días. De hecho, recuerdo perfectamente el momento en el que tomé la decisión de torear la tercera corrida cuando nos llamó la empresa muy tarde y optamos, casi de madrugada, por emprender el regreso a Logroño. Aquel fue uno de esos momentos en los que había que apostar y es en días así cuando puedes marcar las diferencias. Las figuras son figuras porque en el momento que otros paran ellas vuelven a echar la moneda al aire.
– A eso se le llama mentalización...
– Es que en ocasiones hay que mirar más allá y no conformarse. A veces, después de haber cuajado un toro me he ido a las tablas con una sensación de enfado porque no había logrado exactamente lo que había pensado.
– ¿Se siente figura del toreo ya?
– Yo no me siento como tal. Yo leo, veo y actúo. Y es lo que he hecho toda la temporada: justificar en el ruedo el lugar que quiero ocupar. He tenido que derramar mi sangre y sufrir mucho en Las Ventas para lograr lo que estoy consiguiendo. Eso no me lo va a quitar nadie porque me está costando muchísimo y no me lo voy a dejar escapar.
– ¿Ha logrado culminar su sentimiento como matador?
– Tengo muy claro que no. De hecho, a día de hoy me sigue obsesionando superarme y mejorar. Eso sí, a medida que voy logrando una serie de objetivos empiezo a marcarme otros para no quedarme estancado y crecer profesionalmente. Sé que como torero guardo dentro de mí cosas que todavía me van a sorprender, más hondura, más sensaciones... Es algo que tiene que ver con el reposo y en el que se mezclan el oficio, el conocimiento o la experiencia.
– ¿Qué papel ha jugado en toda esta evolución su apoderado?
– Fernando Cepeda ha sido muy importante. Tenemos los mismos ideales en la forma de ver y sentir la profesión: dignidad, honradez y respeto máximo al toreo. Hemos vivido momentos muy difíciles y se ha comportado a la perfección en todos las situaciones. Es un caballero de los que no quedan y creo sinceramente que es uno de los mejores apoderados de los últimos 30 años de historia del toreo. (Entrevista publicada en Diario La Rioja).
