Bancos y cajas andaban aullando por las esquinas de La Moncloa pidiendo árnica para resolver esa especie de angustia existencial provocada por los activos tóxicos con los que han coqueteado sin rubor en los años dorados de los tipos de interés por los suelos, las casas por las nubes y los contratos basura por doquier. Bancos y cajas, tan desprendidos de sí, que han dejado que una singular carcoma prospere en su entraña mientras anunciaban en sus juntas generales ordinarias beneficios extraordinarios, dividendos de escándalo y cuotas de mercado tan insospechadas que desafiaban la razón de los beneficios honestos en épocas de prosperidad. Y ahora, con el escándalo de las subprime como tapadera, todo se ha venido abajo y el Estado no ha tenido más remedio que acudir con un salvavidas de miles y miles de millones para que tal desaguisado no provoque el derrumbe total de las estructuras económicas de la sociedad: el colapso financiero de un sistema depredador en el que se ha confundido la libertad de mercado con el simple pillaje y en el que los trabajadores, la clase media y los pensionistas pondremos nuestras espaldas para amortiguar el desprendimiento de los brokers y tiburones mientras cultivan bonsais en las islas Seychelles a salvo de cualquier contingencia que tenga que ver con sus responsabilidades. Todo se ha esfumado y la gran banca de las naciones libres se ha convertido en mera espuma de mar mientras los presupuestos generales de todos los estados destinan ingentes toneladas de su PIB para asegurar la supervivencia: es el sociocapitalismo inventado por Bush, Gordon Brown y Zapatero, mientras Sarkozy –el enamoradizo presidente galo– pasa las horas con Ángela Merkel ante el asombro de Carla Bruni... y del resto del mundo. ¡Y que aúllen los bancos de peces!o Este artículo lo he publicado hoy en el Diario La Rioja en una serie que sale los jueves y tiene por nombre Mira por donde.
o EL SECRETO DE LOS BANCOS
(Mártires del Compás)
Hay bancos pa' quererse
Hay bancos de atunes
Hay bancos de peces
Hay bancos en los parques
y bancos pa' yo tenerte
y bancos por las esquinas
que a ti y a mí nos chupan la sangre
pero al final de todo
tu vida depende de un banco
