1) Morante quebrado encierra dentro de sí todos los naufragios y las mareas dejan en la playa de la arena de Zaragoza sus avíos con la muleta sucia y descosida, con la espada rota y el capote hecho un bulto.
2) Cuando Morante no se acierta a sí mismo da la sensación de que andaría pinchando a los toros todas las estaciones. Los toros de Morante parecen de mármol, impenetrables.
3) Morante movía el dedo índice con ansia y no sonrió más que en un esbozo de mueca feliz –mediada la primera faena– en casi tres horas de función. El rictus ofrecía desconsuelos, anegaba los corazones y se dolía tanto que daba pena verlo por allí largando el capote de rodillas y poniendo banderillas desconcertantes para desarreglar el desconcierto.
4) Morante de la Puebla necesita un apoderado; no un seguidor-conseguidor-exclusivista. Un apoderado con un buen veedor, con afición, con cariño y con respeto a los aficionados.
5) Morante no es un héroe; mas tampoco un charlatán y parecía querer vender quincalla con la solemnidad de los toreros buenos. Por favor, Morante, no les dejes que te confundan, no hagas de lo superficial tu esencia.
6) Morante, de ti depende y eso es lo único que me consuela.