José Tomás culmina su irresistible temporada con la Medalla de Oro de las Bellas Artes tras el indulto de Barcelona y reventar Las Ventas en dos tardes memorables
'The New York Times' envió a su crítico de arte para analizar la figura de José Tomás
José Tomás apenas ha toreado unas 25 corridas de toros esta temporada. De hecho, su mediocre puesto en el escalafón ahonda todavía más en la inconsistencia que supone el afán por las estadísticas o tratar de batir récords en la tauromaquia. Sin embargo, ese número tan reducido de festejos ha sido más que suficiente para colocarse de forma indiscutible en la cúspide del escalafón merced a varias tardes sencillamente impresionantes, tales como el indulto del toro 'Idílico' en Barcelona, el rabo de Granada, el faenón de Málaga y muy especialmente las corridas de Madrid, en las que en sólo dos tardes se anotó siete orejas y tres cornadas, además de concitar en torno a su figura la atención de los principales medios de comunicación del planeta y devolver a la fiesta de los toros una relevancia periodística como no se recordaba en los últimos treinta años. Y ahora, como colofón a su segunda temporada, ha llegado un reconocimiento muy especial: la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, uno de los máximos galardones de carácter cultural que se conceden en España y que le entregaron el pasado miércoles los Reyes de España en un acto celebrado en La Coruña. En el discurso de entrega, el Rey Juan Carlos aseguró que los galardonados reciben esta distinción «como alto reconocimiento a sus valiosas obras y trayectorias, que despiertan nuestra admiración, incentivan nuestra sensibilidad y estimulan nuestra inteligencia». En el acto también intervino el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que ensalzó especialmente la figura de José Tomás: «Su vuelta a los ruedos ha permitido el regreso de la mística al toreo. Las faenas de José Tomás, en Madrid, en Barcelona o en México, son monumentos ya de la tauromaquia, que lo sitúan en el trono de los más grandes de la historia del toreo, ese juego de prestidigitación con seda y acero con el que José Tomás, desde la quietud, busca de manera incansable la belleza».
El crítico de arte del NYT. Y es que la fama de José Tomás no se queda sólo enmarcada en el mundo taurino. Buena prueba de ello es que uno de los rotativos de mayor prestigio mundial, 'The New York Times', envió a España para realizar un especial de varias páginas en su suplemento dominical a su crítico de arte, Michael Kimmelman, que realizó un enorme reportaje titulado '¡El toreo ha muerto; larga vida al toreo!', en el que analizaba la convulsión que había generado en la tauromaquia el regreso del diestro de Galapagar. Sin embargo, en el otro lado de la balanza se sitúan sus críticos, tanto de los sectores más inmovilistas de la fiesta como determinados ámbitos toristas que no le consienten que «sólo toree frente a determinadas ganaderías» y que no dé la cara en cosos como Bilbao, Pamplona o Sevilla. José Tomás, que ha donado premios –incluso por importe de 50.000 euros, que le concedió el periódico 'El Mundo'– o que ha cedido sus honorarios en la reaparición en México a los damnificados por las inundaciones de Chiapas, sigue concitando el máximo interés de los aficionados y es la gran figura actual del toreo. (Artículo publicado hoy en Diario La Rioja).