Regresan a Logroño los toros de Victorino con el recuerdo del indultado ‘Molinito’ y el impulso de aquella tarde en la carrera de Diego Urdiales
‘Molinito’ vive como un rey inmortal en Las Tiesas de Santa María. Reina en su harén viendo cómo pasan las nubes y las estaciones, aunque se rumorea en la finca que le encanta el otoño. A veces se le ha visto embestir en solitario buscando la muleta de Diego Urdiales entre los cercados y de vez en cuando un espulgabueyes se pone filosófico y le susurra al oído: ‘Memento mori’ (Recuerda que eres mortal), aquella frase latina con la que un esclavo recordaba a los generales victoriosos su condición de mortales. Y es que el toro ‘Molinito’ se ganó su vida en La Ribera gracias a su fiereza y a que el torero riojano Diego Urdiales fue capaz de estar a su altura y realizar una de esas faenas inolvidables que han pasado a la historia del torero por su entrega y decisión. Y le sirvió tanto... Hoy, además, en La Ribera se dan cita muchas circunstancias: vuelven a Logroño dos de los protagonistas de aquella hazaña: el diestro de Arnedo y los toros de Victorino, y se despide Liria, el torero al que sustituyó el riojano en aquella memorable tarde. Y es que la ganadería de Victorino Martín ha forjado una extraordinaria historia en Logroño desde que debutara en nuestra ciudad un lejano 26 de septiembre de 1976, con Ruiz Miguel, Antonio José Galán y Herrerita en el cartel. Desde aquella fecha, y sin contar con la corrida de esta tarde, ha participado en 16 festejos, con 91 toros lidiados, una vuelta al ruedo a un astado (el 24 de septiembre de 1980), 17 orejas y cinco salidas a hombros, aunque casi todo palidece con el indulto del extraordinario toro del año pasado.
Urdiales y Victorino
Pero lo realmente sorprendente son las estadísticas de Urdiales con esta ganadería. Ha participado en siete corridas (cuatro en Logroño –2002/03/05/07– y tres en Santander, San Sebastián y Bilbao –todas ellas durante esta temporada–) y ha lidiado catorce toros, con un balance de cinco orejas cortadas.