La Bodega Museo Ontañón acogió el viernes la presentación del libro ‘El Vino y los Dioses’ (Crónica de la presentación de este libro, aparecida hoy en Diario La Rioja, en la sección 'Gente de Aquí', que suele realizar el propio José Fermín Hernández Lázaro y que en esta ocasión me ha correspondido a mí)
Siendo un mero inquilino del mundo, como usted o como cualquiera, me ofrecen ahora la oportunidad de arrellanarme por un día en en la silla y cátedra de José Fermín Hernández Lázaro para describir «sin llanto y con trino» ese elogio del vino que se hizo el viernes en Bodegas Ontañón para presentar la última de sus obras: ‘El vino y los dioses’. Este bello libro es un esclarecedor paseo por la mitología sagrada y pagana del único líquido del mundo que como decía Plinio el Naturalista –llamado Plinio el Viejo para no confundirlo con su sobrino Plinio el Joven– obra el milagro por el cual el hombre es un rarísimo y extraordinario animal que bebe sin tener sed. Y el maestro José Fermín, que cuenta la forma en la «San Pablo equiparó a los bebedores de vino con otros pecadores cuando recomendó a los corintios que no se mezclasen con fornicarios, avaros, idólatras, maldicientes, borrachos o ladrones», se trajo para la presentación de su libro a Fernando Sánchez Dragó, escritor, ex-presentador de informativos y un rendido admirador de los buenos caldos que habitan en todas las esferas, aunque confesó que «como los de La Rioja, ninguno». El autor de Gárgoris y Habidis aseguró que José Fermín Hernández Lázaro ha sido capaz de trazar con su obra el mapa de la espiritualidad: Osiris, Baco, Dionisio, Shiva y «otros dioses borrachines» recorren un trabajo «necesario y exhaustivo». Habló Sánchez Dragó de su camino a Eleusis, de la noche aquella en la que blandió una bota de vino en un restaurante de moda de Nueva York para admiración del sumilleres, chefs y periodistas, de las sustancias trópicas y psicotrópicas de los indios mayas, de los chichas, del vino de palma y de arroz, del vino fermentado de caña de azúcar de Manaos y de su propio gato, que en medio de su peculiar informativo de Telemadrid se bebió el agua de Diego López Garrido, que se debió de quedar tan absorto como la concurrencia de esta presentación, en la que actuaron como maestros de ceremonia Luis Alegre y Raquel Pérez Cuevas, representando al Gobierno de La Rioja y las Bodegas Ontañón, editores ambos del libro.
o La foto es de Fernando Díaz y en ella se puede ver de izquierda a derecha a José Fermín Hernández Lárazo, Fernando Sánchez Dragó, Raquez Pérez Cuevas, directora de Bodegas Ontañón y Luis Alegre, consejero de Cultura del Gobierno de La Rioja.