Por el interés y lo acertado de los comentarios vertidos por Bastonito en su blog Taurofilia, lo enlazo y me permito colocar aquí el artículo:
Durante toda la feria en general, y en el festejo de ayer en particular, han resonado voces y se han escrito crónicas poniendo a parir a ganaderos, toreros y presidentes, al público que protesta y al que no, al Gobierno de España y al de Madrid, a Ballesteros y a la Marquesa, al doctor García Padrós y a Florito... En efecto, del Rey abajo todo el mundo con un mínimo protagonismo, aunque sea involuntario, en la plaza de Las Ventas, ha recibido una ración de leña. Eso es saludable porque, como en la antigua Roma, es necesario que todos recordemos que nuestra condición es humana, que estamos sujetos a equivocaciones y que ninguno nos vamos a quedar aquí eternamente. Ahora bien, hay una persona con la que ese orgullo del gremio periodístico, esa subespecie ejemplar fuera de toda sospecha llamada periodismo taurino, no se ha metido en toda la feria. Alguien contra quien no se han emitido gritos en la plaza, así que teniendo a todos contentos lo debe haber hecho todo muy bien, pese a la elevada responsabilidad que recae sobre sus hombros. Se trata del empresario de Madrid, de la cabeza visible de esa empresa llamada Taurodelta, que ha rematado unos maravillosos carteles, asegurando para Madrid un ganado de casta brava, bien presentado, fuerte y poderoso, y unos toreros experimentados capaces de enfrentarse a tales toros con conocimiento de las reglas del Arte y con lucimiento. Resulta que quien compra los toros y contrata a los toreros no tiene la culpa de la feria que llevamos; quien hace los carteles y se embolsa el dinero de la taquilla no es responsable de nada. No debe serlo, porque en toda la feria nadie ha exigido explicaciones a los señores de Taurodelta. Ahora vienen las corridas de Palha, Adolfo y Victorino. En esas ganaderías, de dieciocho toros en total, sería muy raro que un par de ellos no diesen espectáculo, y entonces se nos habrá olvidado todo lo que nos han hecho pasar los taurinos durante más de tres semanas, así de tontos somos los aficionados, y listos ellos. Sobre lo que pasó ayer en Las Ventas, decir que lo más importante fue que un toro saltó la barrera. A ese nivel estamos.