Salvador Boix, apoderado de José Tomás, músico, periodista y amigo personal del torero, vive con asombro todo lo que se está generando alrededor del diestro de Galapagar, que ya se recupera en su casa de la grave cornada en el cuello que le asestó el sábado en Jerez un morlaco de Núñez del Cuvillo: «Está muy bien, muy animado y deseando volver cuanto antes a los ruedos», dijo. Y es que aquella frase que pronunció el año pasado explicando las razones de su regreso –«vivir sin torear no es vivir»– contrasta con los comentarios en los que se le acusa, incluso, de cierto ánimo suicida en los planteamientos de sus faenas. Sin embargo, Boix tiene su propia visión: «José Tomás basa su entereza en su honestidad. Asume su compromiso como torero cada tarde al cien por cien y eso es sinónimo de aceptar un riesgo muy evidente y claro, jugarse la vida». Salvador Boix relata también la forma en la que vive su relación con el torero: «Claro que me impresiona su forma de desenvolverse, su entrega, pero él es así y no se le puede cambiar. Yo me limito a ayudarle, a acompañarle y a darle ánimos». Otra cuestión es la forma en la que el propio matador asume las cornadas: «Las ve como algo normal, como un tributo necesario que hay que pagar por ser torero. Sin más. De verdad que no les da mayor importancia». Y es que a Boix le duele que sólo se hable de José Tomás en esos términos porque «él no ha inventado la herida por asta de toro; ni el no mirarse cuando es volteado; todo eso son códigos que están inmersos en el ADN de la propia fiesta y desde luego que es una falsedad que lo cojan en todas las corridas». El apoderado catalán, sin embargo, subraya la evolución de su tauromaquia: «En Jerez con el primer toro logró momentos bellísimos y la faena destacó por su hondura. Le dieron las dos orejas y le pidieron el rabo. Entonces, salió el segundo astado, que demostró sus complicaciones desde el primer momento y José Tomás, que ya tenía el triunfo en la mano, decidió apostar de nuevo. Ésa es la auténtica medida de su compromiso, de su valor en el ruedo». (Entrevista publicada hoy en Diario La Rioja).