Acaba hoy la feria de San Isidro; pero arranca mañana otra. Los toros en Madrid no se acaban nunca, aunque las corridas parezcan interminables, oceánicas, espesas como el chocolate de mi abuela. Pero ¡qué coño! Hoy llegan los victorinos, los albaserradas por excelencia y por lo visto vienen con leña por doquier, con pétalos de rosa, con ajónjoli, con agar agar y demás atributos cocinados en las Tiesas de Santa María, que es la finca donde habitan estos impresionantes animales. Y vuelve El Cid, convencido que trae con él las llaves de la Puerta Grande, y Ferrera y Domingo López Chaves. Suerte a los tres...
o En la imagen aparece Polvaredo, el cuarto de la tarde. Un animal que sin hablar te dice todo. Sin moverse, te hace temblar; sin respirar te corta el aliento... Me encanta su mirada, sus poderosas manos y lo perfecto de su grupa. El vientre recogido anuncia que es un atleta y los esos pitones, que no tiene quién le tosa.