Diego Urdiales vuelve a recobrar opciones de torear finalmente en la feria de San Isidro. Estaba «puesto» en la corrida del once de mayo hasta la misma mañana del día en el que se presentaron los carteles. Sin embargo, un movimiento de última hora echó por tierra las ilusiones del diestro riojano. Ahora las cosas pueden cambiar dado que toreros como Serafín Marín y el mexicano Joselito Adame han causado baja en al menos dos de las corridas de este ciclo.
– ¿Qué esperanzas tiene de participar finalmente en la feria de San Isidro?
– Si algo no he perdido en esta vida es la esperanza. El palo que me llevé fue grandísimo porque es muy duro que se escape una oportunidad así cuando creo que había hecho méritos para estar en la feria por derecho propio y cuando me habían asegurado que estaba en la corrida de Dolores Aguirre. Por eso, ahora mismo albergo muchas esperanzas pero ninguna certidumbre. No me he venido abajo, tengo varias corridas firmadas a pesar de no estar en San Isidro y no paro ni un sólo momento de entrenar. No me hago ilusiones, pero no quiero ni soñar.
– Entonces ¿ya no sueña con Las Ventas llena en plena feria y usted de luces?
– No es eso. Simplemente lucho con lo que tengo y procuro llevar las cosas con la máxima frialdad. Si voy, sería maravilloso, claro.
– ¿Se encuentra preparado anímicamente para actuar en Las Ventas ante 24.000 personas y con la televisión en directo?
– Más que nunca. Quizás el hecho de no haber podido torear mucho estos últimos años ha contribuido a curtirme; me puede faltar el oficio que da la continuidad y esa seguridad; pero estoy seguro de que en el momento en el que sale el toro todo cambia y me siento con más capacidad que nunca.
– Se habla de la corrida del próximo martes...
– Sí. Es cierto, pero yo no sé nada y continúo entrenándome al máximo. Ahora mismo no quiero pensar en posibilidades; sólo en la realidad y la realidad es que de momento, no estoy. (Entrevista publicada hoy en Diario La Rioja, la foto es de Justo Rodríguez).