La plaza de toros del Aldeanueva de Ebro (La Rioja) se llenó ayer para celebrar el primer concurso de recortadores disputado frente a cuatro imponentes vacas de la legendaria divisa de Miura
La primera vaca de Miura se hizo presente en el coqueto ruedo de la plaza de Aldeanueva con un fulgor atávico. Tenía el pelo castaño oscuro, casi tostado, era un puntito girona y una caprichosa mancha blanca le recorría el abdomen. Quizás lo recoleto de la plaza, que estaba casi llena, multiplicaba su figura y por eso y su azarosa leyenda, la inconfundible estampa de este bello astado nacido en Zahariche –histórica finca donde pastan los impredecibles toros de Miura– causó admiración en los tendidos. Y en un suspiro saltó a la candente un recortador de Teruel. Le llaman ‘Langosta’ y con una parsimonia heredada directamente de Don Tancredo recortó a la pupila miureña en apenas un baldosín. Un segundo después, la fibrosa vaca, al sentirse burlada, se lanzó con todo su brío a por ‘Langosta’, que fue levemente empitonado cuando buscaba el refugio de las tablas, a las que llegó casi sin resuello. Pudo haber sucedido lo peor y a pesar de todo, el valiente torero deleitó con dos nuevos recortes en los que volvió a dejarse ver desde lejos, aguantar mucho y ejecutar la suerte un nanosegundo antes de que se materializara la cornada. No entró en la final porque se lo llevaron en ambulancia junto al arnedano Óscar Morales, empitonado levemente por la segunda res al ejecutar un quiebro de rodillas, pero dejó sentada su maestría y una forma de andar por el ruedo que marca diferencias. La segunda vaca de la tarde lucía un pelo cárdeno muy oscuro y salió como una espoleta desde los chiqueros. Sembró el desconcierto en los inicios de su lidia porque casi salta al callejón pero a medida que fue asentándose en el ruedo regaló un sinfín de dulces embestidas a los recortadores, que hicieron las delicias de un público que disfrutó al máximo con suertes tan bellas como el salto del ángel, en el que el lidiador sobrevuela como un aeroplano la anatomía de la vaca saltando frente a ella cuando viene arrancada, la mayor parte de las veces aprovechando su querencia natural hacia chiqueros. Pero hubo más: saltos con la garrocha, al alimón y un frenesí de quiebros limpios, recortes de espaldas, circulares e invertidos que lograron que nadie se levantara de su asiento en las dos horas largas que duró el exitoso festejo.
o El aragonés José Manuel Martínez se llevó el trofeo. El vencedor del trofeo de ayer fue el aragonés José Manuel Martínez, que destacó en los recortes y en el arriesgado salto del ángel. El segundo puesto fue a parar a la mostoleña Carolina Delgado, la primera mujer recortadora de nuestro país. La joven de 19 años también recibió de manos de la organización un reconocimiento por su debut en concursos de alto nivel y por abrir camino a la mujer en este tipo de actividades. El tercer premio fue para José María Navarro ‘Chipu’, natural de Cheste (Valencia) y en cuarto lugar quedó el logroñés Sergio Urruticoechea. Los quiebros, los recortes y los saltos que se vieron en Aldeanueva fueron tan ajustados que dos de los concursantes, Alberto García ‘Langosta’ (Teruel) y Oscar Morales (Arnedo), tuvieron que ser trasladados en ambulancia con heridas leves al Hospital de Calahorra. El concurso se celebró en tres grupos de cinco recortadores cada uno que se enfrentaron a las tres primeras vacas de Miura. Cada recortador dispuso de tres oportunidades para demostrar su saber hacer frente al astado. La final se decidió con dos rondas para cada uno de los cuatro concursantes finalistas. Al acabar el festejo, se entregó un trofeo a los cuatro mejor clasificados. (Artículo publicado hoy en Diario La Rioja y la foto es de Díaz Uriel).