La doble actuación de José Tomás dispara la expectación y ya se ha vendido el 95% de las 768.000 entradas disponiblesDesde hoy y hasta el próximo 15 de junio, tarde de la segunda comparecencia de José Tomás en Madrid, la plaza de toros de Las Ventas va a celebrar la friolera de 32 corridas de toros –tres novilladas y cuatro festejos de rejones incluidos– repartidas entre las ferias de San Isidro y el Aniversario, además de varios eventos extraordinarios como los de la Prensa o la Beneficencia. En total han salido a la venta unas 768.000 entradas, de las que ya se ha adquirido más del 95 por ciento y con unas quince corridas que ya tienen colocado el cartel de ‘no hay billetes’. Por San Isidro van a pasar 67 matadores, sumando toreros, novilleros y rejoneadores y más de 300 subalternos. El empresario del coso, José Antonio Martínez Uranga, invierte en la confección de los carteles más de cuatro meses y los beneficios de explotación que se reparten entre él y la Comunidad de Madrid, propietaria del imponente inmueble neomudéjar inaugurado en plena II República, se antojan insuperables.
Sin embargo, detrás de los números y de las cifras mareantes, estas semanas de toros en Las Ventas definirán el devenir de una temporada marcada por José Tomás. Su presencia estuvo tan en el filo que hubo de intervenir la propia Comunidad de Madrid para que llegara a un acuerdo con la empresa. Aquel postrero entendimiento hizo que se retrasara casi una semana la presentación de unos carteles en los que están las principales figuras, aunque es muy difícil encontrar combinaciones rematadas en las que compiten entre sí los denominados gallitos del escalafón.
San Isidro posee la magia de poder cambiar la vida a un matador y cualquier torero que se precie anhela estar incluido. Sin embargo, muchos sectores de la afición se quejan de lo paupérrimo de bastantes corridas y de la presencia de varios toreros que no parecen haber acumulado muchos méritos para comparecer en Madrid.
Sin mediáticos
También llama la atención que los denominados mediáticos –toreros más conocidos por sus apariciones en la tele que por sus méritos en el ruedo– no aparezcan por Las Ventas: en este paquete se incluyen a ‘El Cordobés’, Rivera Ordóñez, Finito de Córdoba y ‘El Fandi’, que voluntariamente prescinden de Madrid para organizar su temporada. Enrique Ponce sólo estará una tarde (21 de mayo) y Cayetano, que quiere negociar directamente los derechos de imagen en televisión, confirmará su alternativa en la corrida de Beneficencia con Morante de la Puebla y José María Manzanares.
o Sólo ‘El Cid’ y Talavante eligen ganaderías duras. Se supone que el toro es la clave de la fiesta. Sin embargo, la mayor parte del público que acude a las plazas lo hace movido por el nombre o la evocación de uno u otros toreros. De hecho, cada vez quedan menos ganaderías capaces de mover a los aficionados de plaza en plaza. Miura vive de una leyenda remota y hace años que no va a Madrid y Pablo Romero lucha desde muy abajo por recuperar la gloria perdida. La mayoría de las corridas de San Isidro pertenecen al encaste Domecq, hegemónico en el campo bravo y preferido por los matadores. Apenas hay resquicio para otras líneas ganaderas como Núñez, Atanasio, Santa Coloma-Albaserrada o Murube, ésta última dramáticamente encasillada en casi todas las ferias en las corridas de rejones. Sin embargo, la ganadería de mayor postín, la de Victorino Martín (Albaserrada), vuelve a ser uno de los grandes atractivos del abono, sobre todo después de la extraordinaria corrida que envió a Sevilla. Pues bien, en este festejo sólo asoma una figura: ‘El Cid’, que logró su puesto de honor en el escalafón gracias a memorables tardes con esta divisa. Talavante se apunta el día anterior a los adolfos –sobrino de Victorino– y el resto de hierros no comerciales son copados por los denominados toreros modestos. En cuanto a los rejones, destaca el duelo en la cumbre entre el estellés Pablo Hermoso de Mendoza y el sevillano Diego Ventura.
o San Isidro lo ‘inventó’ en 1947 Livinio Stuyck. La primera corrida de la feria de San Isidro tuvo lugar el 15 de mayo de 1947 y actuaron Rafael Ortega, Gallito, Manuel Álvarez, El Andaluz, y Antonio Bienvenida. No se cortó ni una oreja aquella primera edición y hubo que esperar hasta el nueve de mayo de 1948 para que El Andaluz obtuviera el primer apéndice auricular de la historia de esta feria. En Madrid la temporada comenzaba en marzo y terminaba en octubre y había dos abonos: el de otoño y el de primavera y cada jueves se incluían corridas extraordinarias. Fue en el año 1947 cuando Livinio Stuyck sustituyó en la gerencia de la empresa a Alonso Orduña y albergó la brillante idea de aprovechar la festividad de San Isidro para reunir todas las corridas que se programaban a lo largo del mes de mayo. En los primeros años la feria de San Isidro estaba compuesta por cinco corridas; en la actualidad se superan las 30 y se añaden un gran número de festejos de carácter extraordinario. Ya está todo preparado para que 48 matadores, nueve novilleros y diez rejoneadores lidien reses de 29 ganaderías, de las que dos, Montealto y San Pelayo, debutan. (Artículo publicado hoy en Diario La Rioja).
