Leo en los portales que abastecen de noticias taurinas que José Tomás le sigue dando vueltas al tarro sobre cómo va a volver a Las Ventas. Que se está pensando lo de la tele, aunque tiene dos corridas –Victoriano del Río y Puerto de San Lorenzo– reseñadas para Madrid y que ha vuelto a salir sin cerrar nada de su enésima reunión con los empresarios de Las Ventas. Me parece justo que cada torero exija el dinero que crea conveniente y que no se quiera apear ni un peldaño de su exigencias. Yo también lo haría, todos lo haríamos y por eso no seré yo quien se queje de sus honorarios por muy altos y desorbitados que puedan parecer. Lo que sí me preocupa, y mucho, es los esbozos que este segundo año de José Tomás está empezando a dibujar: ausencia de Sevilla, Bilbao, Pamplona, Logroño, Zaragoza... y una obsesión exagerada por tres o cuatro hierros de referencia: Núñez del Cuvillo, Jandilla, Zalduendo y similares monocultivos. Tampoco me parece lógico que en sus carteles no aparezca ni por casualidad, ni por descuido, uno de esos toreros –ahora que existen varios– que puedan ponerle en entredicho. José Tomás se ha convertido en un torero sobreprotegido y su temporada recuerda a la de cualquier esbozo de figura que cuida en su primer año en los ruedos hasta los más mínimos detalles para que nada pueda contravenir la singladura. Y ahí se equivocan, o se equivocarán si es que al final se sigue por un camino que echará por tierra las ilusiones que ha generado (y me incluyo sin ambages, sin pudor y sin llamar mesías de nada a una persona que es sencillamente un torero extraordinario) en tantas personas y en tan buenos aficionados. Hace unas semanas le vi torear en Tendido Cero con el capote en su reaparición en México con una lentitud inaudita: es dueño de un valor soberano, de una mano izquierda privilegiada y por eso convierte al toreo en un lenguaje accesible donde hay espacio para la derrota y la victoria, para lo sublime, para lo incomparable. Y a ese José Tomás seguiré defendiéndolo siempre, soñándolo en cada momento. ¿Volverá? Creo que sólo de depende de él.
o He escrito esto escuchando: Vicente Amigo - Campo de la verdad