Hoy cumple años la tía Cristina, la Pitu, tal y como la conocen en los confines de la ciudad, en los lagares, en las tierras de Arenzana y en un bar con nombre mejicano donde ponen unos gintonis de muerte. A la Pitu le gustan los toros –mucho– y a mis hijos también, aunque no tanto; en parte porque son muy pequeños y en parte porque andan fascinados con la Nintendo DS y ese ogro mediático llamado fútbol.
Sin embargo, ven a su padre todo el día pegado a libros, muchos de toros, hablando de toreros, de ganaderías, viendo corridas grabadas en la tele e, incluso, en alguna ocasión han estado en un tentadero en casa de Carlos Lumbreras –viendo a Diego Urdiales– o en la finca de Sergio Domínguez contemplando sus preciosos caballos.
El mayor, Mario, valiente y osado, se atrevió a darse un paseo con Sergio a lomos de Diamante; al pequeño –Álvaro– le encanta Gallito, pero me temo que por nada del mundo se montaría en él. Este domingo vimos juntos el triunfo en la tele de Sergio Domínguez y como hoy es el cumple de la Pitu, que tanto les quiere y tan bien les cuida, le han regalado estos dos preciosos dibujos. Arriba está el del mayor, con Sergio colocando una banderilla a lomos del famoso caballo castaño oscuro –hermano de Chenel e hijo del mítico Gallo– y abajo, se puede ver cómo se imagina Álvaro a su tía a lomos del susodicho equino. Espero que a Cristina, la Pitu, le hayan gustado.