Llevo dos días fuera de Internet; sin poderme ver, sin leer, sin que me lean y he sufrido una congoja desesperante; un vacío atribulado, un silencio de bytes para nada reconfortante. He escrito a blogger, google y demás dioses inalcanzables del ciberespacio. Y he estado solito, sin respuesta alguna, sin poder ver ni imaginar el vacío dentro de mi. Qué horror, qué agonía. Pero ya estoy aquí, para lo que ustedes manden...