domingo, 23 de diciembre de 2007

Summa taurina

Carlos Abella presenta un monumental libro de más de 700 páginas en el que realiza un análisis crítico de la historia del toreo desde el final de la Guerra Civil hasta la reaparición de José Tomás

«José Tomás ha sido el último torero que ha reivindicado en el ruedo que torear es una expresión mística, un acto de extrema generosidad humana y física, una expresión del más íntimo aliento artístico». Así se expresa Carlos Abella (Barcelona, 1947) en el prólogo del libro ‘De Manolete a José Tomás. Historia del toreo en España y México desde 1939 hasta nuestros días’, una monumental obra –más de 700 páginas– editada por Alianza Editorial que fue presentada la semana pasada en la Sala Antonio Bienvenida de la plaza de toros de Las Ventas.
Carlos Abella asegura que «he intentado mirar con los ojos de un historiador la figura del torero, el último héroe romántico de la civilización». El libro, que está organizado a través de 10 capítulos, comienza analizando el torero en España y México antes de Manolete y se detiene en las víctimas taurinas de la Guerra Civil, la degeneración del toro tras la contienda y también en las peripecias de aquellos matadores a los que las trincheras acabaron frustrando su carrera. El segundo capítulo aborda la figura de Manolete: «Es uno de los diestros más importantes de la historia del toreo; hay en su vida y en su muerte el trazo brutal de la desgracia, el surco de la fatalidad, el cruel hachazo del destino. Fue un héroe en las plazas de toros, un ídolo auténtico de una España pobre, mísera y oscura». Hay lugar también para sus grandes rivales: Pepe Luis, Arruza o Silverio Pérez, el primer faraón azteca. La tercera parte de la obra está dedicada a Luis Miguel Domínguín: su precocidad y osadía y también hay palabras para su mítico ‘verano sangriento’. La figura de Antonio Bienvenida y su particular cruzada contra el afeitado también tiene su espacio antes de abordar los años cincuenta y la «sublimación del clasicismo» de Antonio Ordóñez. En el capítulo quinto aparecen ‘El Cordobés’ y cuando el hombre llega a la luna desaparecen de la faz de la tierra Rafael ‘El Gallo y Juan Belmonte. Es un momento increíble de toreros: Curro Romero, Paco Camino o Santiago Martín ‘El Viti’. Tras pasar por los sesenta y setenta, Abella deposita su pluma en figuras como Emilio Muñoz, Paco Ojeda, Espartaco, la «truncada precocidad» de José Cubero ‘Yiyo’ y la delicada y fina elegancia de Joselito. El libro termina con maestros como César Rincón, Enrique Ponce, ‘El Juli’, ‘El Cid’ o José Tomás.

o Un escritor polifacético: Carlos Abella nació en Barcelona en 1947, aunque reside en Madrid, donde se licenció en Ciencias Económicas. Entre 1978 y 1981 ocupó distintas responsabilidades en el Ministerio de Comercio y Turismo y en el de Economía. Desde 1984 y entre 1996 y 2003 fue director del gabinete del Consejo Superior de Deportes y de la Secretaría de Estado para la Comunicación. Ha publicado un ensayo sobre la influencia del mundo de los toros en el lenguaje coloquial, titulado ‘Derecho al toro’, una biografía de Luis Miguel Dominguín, una Historia del toreo y ‘Murieron tan jóvenes’, ensayo sobre la muerte prematura en el siglo XX de grandes ídolos del cine, la música, la poesía y la política. Es también autor de una biografía sobre el ex-presidente Adolfo Suárez.

PINCELADAS DE ABELLA

o Enrique Ponce: «Su falta de compromiso con Las Ventas –cuando no su íntimo desprecio por esa plaza en los últimos años– le ha llevado a perder la batalla por la posteridad».
o Finito de Córdoba: «Su indudable plástica y su calidad no han ido nunca acompañadas de la sinceridad interpretativa».
o Morante de la Puebla: «Ha venido a reivindicar el alma del toreo creador, el alma del artista capaz de olvidar la técnica, el dominio y los recursos defensivos para dar rienda suelta a la inspiración».
o ‘El Cid’: «Es en la muleta donde aflora con calidad su toreo, que es el de siempre, el que emociona por el cite, deslumbra en el embroque y maravilla en lo ceñido y largo del muletazo».
o ‘El Juli’: «Ha habido tres etapas en la vida de ‘El Juli’, en todas ellas ha ofrecido una dimensión, notable, distinguida y solvente».
o Cayetano: «El hecho de quisiera ser torero con 28 años es una demostración del que el torero es un sentimiento y un arte». (Artículo publicado hoy en Diario La Rioja).

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