El banderillero Javier Gil decide, en el mejor momento de su carrera, dejar los toros «por lo menos un año» y convertirse en taxista en Rincón de Soto
Javier Gil se va de los toros. Así, de sopetón y sin vuelta atrás: «Llevo muchos años en la profesión y tengo ganas de estar más tiempo con los míos y disfrutar de la vida. Además, me ha salido una gran oportunidad de tener una licencia de taxista y de momento he decidido dejarlo. El año que viene, si echo mucho de menos la profesión, podría plantearme volver, pero ahora lo tengo muy claro». El caso es que Javier Gil había completado de nuevo una extraordinaria temporada a las órdenes de Domingo López Chaves, alcanzando un enorme prestigio entre los hombres de plata por la exigencia de las reses a las que se ha enfrentado y la solvencia que demuestra con las banderillas y el capote. Lleva más de quince años pisando los ruedos más exigentes del planeta de los toros y su nombre provoca el respeto y la admiración de los aficionados: «Sé muy bien que mucha gente se va a sorprender con esta noticia, pero también me tienen que entender a mí. Estoy un tanto cansado de viajes, de la dureza de los toros y ahora me apetece tomarme un respiro, vivir cerca de mis seres queridos y dedicar más tiempo a mi familia». Javier Gil espera mitigar el gusanillo como director de lidias en capeas pero desecha completamente la idea de torear el año que viene.
o Domingo López Chaves decidió la semana pasada prescindir de Javier Gil Abad en su cuadrilla y reemplazarlo por Óscar Ramos.
o La fotografía es de Juan Pelegrín y el artículo lo he publicado hoy en la página temática de toros de Diario La Rioja.