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Estos días he publicado el asunto de Borja Domecq, un ganadero que me declaró en una entrevista que no mentía nunca y que lidió en Logroño una corrida de Jandilla en la que un solo toro era tal cosa. De aquel festejo se enviaron tres toros a analizar –fui el único que lo publicó– y uno dio positivo por afeitado. Lo supe una semana antes de publicarlo y sólo lo saqué a la luz cuando contrasté definitivamente el asunto. Unos días después salió Don Borja desmintiendo el caso en mundotoro.com y al día siguiente ratifiqué la autenticidad del expediente abierto al toro de Vegahermosa, no al primero de la corrida como sostenía el ganadero andaluz. Así de sencillo; ni más ni menos que un trabajo periodístico rutinario pero que personalmente me parece apasionante porque amo mi profesión y amo a la fiesta de los toros. Creo que el único camino para mantener la pureza del toro es la vigilancia muy cercana de todos estos casos y en Logroño los presidentes y veterinarios mantienen una línea impecable en ese sentido.
El toro de Borja Domecq lo lidió Miguel Ángel Perera, que sustituyó a Manzanares y que compartió cartel con El Cid y El Juli, precisamente estos dos toreros lidiaron sendos ¿astados? de Joselito el año pasado, que a la postre también dieron positivo por afeitado. De hecho en Logroño han sido sancionadas estas ganaderías por afeitado: Joselito, Puerto de San Lorenzo, Lagunajanda, Loreto Charro y Manuel San Román. Y los toreros que se han visto involucrados han sido han sido 'El Juli', Enrique Ponce, 'El Cid', José Tomás, César Jiménez, Miguel Báez 'Litri' y Salvador Vega.
Y ahora José Tomás. Pues miren, lo denuncié en una información en El País y también en La Rioja que un toro de Manuel San Román, lidiado por José Tomás en Logroño, había dado positivo por afeitado. Lo denuncié y después, en el callejón de la plaza de toros de Haro, se lo pregunté al propio torero, que prefirió no hacer declaraciones. Se lo pregunté a la cara y por derecho y otra vez más en una entrevista por cuestionario unos días antes de anunciarse por última vez en Logroño. Sé perfectamente que a los que me tachan de carecer de credibilidad y de vencerme hacia un torero determinado todas estas cuestiones les darán igual, como les dio igual que les contara lo que hace unos meses en mi programa de radio le pregunté a Salvador Boix tras el festejo lamentable de los Zalduendos en Ávila. Les dio igual y les seguirá dando, igual que a este periodista, que, afortunadamente, duerme con la conciencia bien tranquila cada noche.