Maravillosa y límpida esta magistral obra de Bill Evans, titulada Waltz for Debby. Tiene un punto de sinuosa tristeza, de emotivo ritmo, de delicadeza. Quizás por eso me recuerda a la voz de Juan Antonio Cebrián, magnífico periodista, amante del saber, del sentido crítico, de la buena literatura y de la historia. Y esto es historia.