sábado, 1 de septiembre de 2007
Gran corrida de Dolores Aguirre en Calahorra
Al fin salió el toro. Tras dos días lamentables de basura ganadera, de escombro, de porquería de esa que ahora denominan "calidad", hoy en Calahorra ha salido el toro con mayúsculas, con pitones, con poder, con casta, con entrega, con movilidad, con brusquedad e incluso con ritmo, templanza y voluntad de embestir. Ha sido en Calahorra y eso en estos tiempos bien se puede calificar de milagro. Los seis toros llegados de Constantina han embestido. Sólo dos han sido mansos en el caballo y uno, el quinto, ha desarrollado cierto sentido en la muleta. El primero ha resultado excelente; el segundo ha tenido una calidad asombrosa, peleando en varas y humillando después en la muleta, duro de pezuñas, con personalidad. Un torazo. El tercero ha derrochado humillación y nobleza después de una lidia sencillamente horrorosa. El cuarto ha descabalgado a 'El Califa; el quinto no me ha gustado y el sexto, con bravura y son, no ha parado de humillar ni de embestir. Las cuadrillas todas han fracasado en las lidias. 'El Califa' ha empezado bien y luego se ha borrado; Robleño ha templado aceptablemente al segundo e Iván Fandiño ha cortado dos orejas por sus faenas voluntariosas. Los tres han estado muy por debajo de los toros, pero me hubiera gustado ver a determinadas figuras con estos especímenes. Mañana, si se tercia, profundizaré en el festejo. Ahora, si me lo permitís, me voy a Grañón. La foto es de un muletazo por bajo de Fandiño captada por Fernando Díaz.