Hoy cierra Perfumería Torino, una de las tiendas emblemáticas del Logroño de toda la vida
«No he vendido la tienda; me la han comprado», dice María Eugenia San Miguel desde un mostrador que hoy echará el telón tras más de sesenta años aromatizando a la gente. «Porque no es lo mismo vender por obligación a que se presente un señor a comprar», subraya una mujer que lleva más de cuatro décadas al frente de Perfumería Torino, uno de los establecimientos más castizos de Logroño y que hunde sus raíces hasta en varias generaciones, desde la primitiva Perfumería Elizondo, fundada por su abuelo y que estaba en un local frente al palacio de los Chapiteles. María Eugenia, sin embargo, está feliz: «Ha venido mucha gente estos días a despedirse; tengo una clientela maravillosa pero ha llegado el momento de decir adiós. Son cuarenta años abriendo todos los días y aunque tengo un sabor agridulce, se impone la alegría y como soy taurina, tengo la sensación de que me voy por la puerta grande», asegura radiante mientras atiende a una avalancha de clientes que le compra y se despide a la vez, en un acto en el que el cariño se confunde con el comercio y en el que el precio es singularmente simbólico. Y es que ella sabe mejor que nadie todo lo que deja detrás, sobre todo el recuerdo de su padre, el inolvidable Victorino San Miguel, ‘Torino’ para muchos y el ‘Rey del Perfume’ para varias generaciones de logroñeses. Los años de la posguerra fueron suyos y en aquella época trasladó la primera tienda a otra que inauguró en Portales en 1941, con dinero que le prestaron sin usura. Ese local pasó a la historia porque apareció varias veces en la película Calle Mayor, sirvió de camerino improvisado para Betsy Blair y la rebotica de la tienda se convirtió en una oficina de campaña para Juan Antonio Bardem y todo su equipo de camarógrafos e iluminadores. Torino hizo amistad con muchos personajes de aquella época, desde Antonio Machín, que gastaba 1916, de Myrurgia y Sortilege, hasta Pepe Blanco o María Fernanda Ladrón de Guevara, madre de Carlos Larrañaga y una de las actrices españolas pioneras en Hollywood. Esta tienda permaneció así hasta 1987, cuando se trasladó a su actual ubicación: «Las marcas no querían poco sitio, demandaban boutiques, así que nos vinimos muy cerca», en pleno corazón de un Casco Antiguo que va a perder uno de los aromas más clásicos de un Logroño que cambia día a día.