Estoy cansado. Es tarde. Estoy decepcionado y sigue siendo tarde. Qué corrida más decepcionante de Adolfo Martín, qué toros más quietos, más cuneiformes. Salvo al tercero; quizás el sexto, pero no lo hemos podido ver. Qué desasosiego. Qué sosos. Adolfo está de rebajas. Las rebajas se han aposentado en los Alijares. Mulillero ha sido una joyita. Domingo López Chaves está hundido. Se ha dejado ir un buen toro; o quizás dos. Y no mata porque no piensa. Y no torea porque no está y como no está no es Domingo López Chaves. Acaso una sombra de sí, un arabesco de su constancia. Ya no tiene mirada; ya carece de hambre, ya piensa en el verano que le aguarda y en los contratos. ¿Quizás? Pero debe saber que eso siempre es flor de un día, de una tarde, de un anochecer. Y de la penumbra de la corrida salvo a El Fundi, torerazo de una pieza que no se inmuta con los toros tobilleros que al resto de toreros hace poner los pies en polvorosa. Pero Fundi los ahínca en la arena, los hunde, los entierra y se pasea ante los astados tobilleros, como su segundo, al que despenó con una gran estocada. Y da la sensación de que no se enteró casi nadie. Y no se por qué, pero le pitaron. Si había viejas cuitas en ese momento no eran de recibo. Y Adolfo en el callejón. Antes se escondía entre la gente, para que no le vieran, para ver la corrida solo, para anotar en su mente los defectos. Ahora está en el callejón al lado de un torero con gorra, pero de un torero. Y digo yo que un torero con sombrero pase, pero no tiene un pase un torero con tocado deportivo en un callejón en pleno San Isidro, como si fuera un futbolista de visita en una corrida. Vale un sombrero, una parpusa, una gorrilla... pero una gorra de beisbol no es tejadillo propio de un matador en la plaza de paisano. Y Adolfo con el de la gorra, en el callejón, burlando en un burladero. No pensaba. Hablaba. Quizás justificábase. No lo sé. No me importa. Pero me apenan sus toros alicaídos y sosos, sus toros herméticos y mulos, como ese quinto con mirada de gorrión, como ese primero tan flojo, tan melifluo. Pena de corrida. Pena de ganadería. Pena de afición. Pena de toros de rebajas. (La foto es de www.burladero.es)