Llega San Isidro y me parece asombroso que vaya a ser capaz de ver las treintaytantas corridas por la tele y, encima, cuando las repiten por la noche. Llega San Isidro y parece que el toreo mismo se personalice en Las Ventas de Madrid, como si los toros fueran caldo exclusivo del foro y los foristas. Y veo tantos isidros y tanto clavel reventón... Llega San Isidro y seguro que se pasa como una exhalación, como un suspiro aunque en los lomos de las semanas se vaya depositando poco a poco un cierto barrillo de desconsuelo. Llega San Isidro y existe un cierto revuelo en los periódicos y en las ganaderías. Llega la fiesta que es simpar porque la protagoniza el toro. Llega San Isidro ¿Llegará el toro también? ¿Al turrón?
o Cartel de hoy: reses de Martelilla para Luis Miguel Encabo, Antonio Ferrera y Fernando Cruz