Recupero ahora y ante la polémica desatada por las nuevas ansias prohibicionistas del Gobierno de España, una entrevista que le hice al cardiólogo Valentín Fuster cuando se le concedió el Premio Prestigio de Rioja (marzo de 1999)Desde su despacho del Instituto Cardiológico del Hospital Mount Sinaí de Nueva York (Estados Unidos), el doctor Valentín Fuster, nuevo premio Prestigio Rioja, concedido por el Consejo Regulador, valora su reciente elección. Fuster, amante de los caldos riojanos, destaca la categoría del jurado, “por ser todos sus miembros personas relevantes del mundo de la cultura universal”.
– Desde la atalaya que le proporciona su enorme prestigio profesional, materializado en premios de la categoría del Príncipe de Asturias de Ciencia y Tecnología logrado en 1996 ¿qué papel va a jugar el reconocimiento de un premio como el Prestigio Rioja para su trayectoria personal?
– Yo diría que es más un aprecio que tienen hacia mi persona los miembros del jurado, que son personas importantísimas en el mundo de la cultura. Esto significa un gran motivo de orgullo; yo diría sin rubor que es lo más importante de este galardón. Yo no soy ni me considero un experto sobre el vino, sencillamente soy un amante de este producto y del mundo que le rodea, una cultura importantísima que define toda una forma de ser de un pueblo y de unas gentes. Por otra parte, conozco personalmente a Mario Vargas Llosa, Plácido Domingo y Federico Mayor Zaragoza, personalidades también poseedoras del Prestigio Rioja y es un placer compartir con ellos semejante distinción.
– ¿Le sorprendió su nombramiento?
– Pues la verdad es que sí. Estoy muy agradecido de que se acuerden en mi país de mi persona. Llevo más de 30 años fuera y se siente de una forma muy especial este tipo de cosas porque le acercan a uno a sus orígenes. Pero como digo, lo más importante es que sean hombres y mujeres importantísimos de la cultura las personas que hayan seleccionado mi nombre. – ¿Qué representa para usted la cultura vitivinícola?
– Soy un amante de la naturaleza. A veces voy a California a pasear entre sus inmensos viñedos y allí, con ese horizonte tan magnífico a la vista, me siento liberado; es como una especie de válvula de escape.
– ¿Existen muchas diferencias entre la cultura norteamericana del vino y la europea?
– Ya lo creo. En este país se valora mucho más la cantidad que la calidad y el vino es calidad de vida, por eso los viñedos californianos son extensísimos, ya que están en relación a su filosofía productiva. Sin embargo, recuerdo por un viaje que hice a La Rioja hace unos cuantos años que las plantaciones son mucho más reducidas. En La Rioja se respira la calidad a cada paso y en los pueblos más todavía, porque se une el vino a esa cocina tradicional tan deliciosa. En Estados Unidos no existe una cultura del vino propiamente dicha tal y como sucede en los países del arco mediterráneo, aunque están mejorando mucho sus productos. Ellos unen la calidad del vino a los caldos europeos. Sin embargo, lo que forma parte de su cultura es más el consumo de licores, que es muy frecuente...
– ¿Bebe usted vino en los Estados Unidos?
– Todas las noches a la hora de la cena tomo un vaso de vino de Rioja desde hace unos diez años.
– ¿Qué imagen tienen allí nuestros vinos?
– Los americanos a la hora de consumir vino europeo se decantan por tres países: Francia, Italia y España. Y cuando digo España me refiero casi de manera exclusiva al vino de Rioja, que posee un enorme prestigio.
– Este año el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja cumple 75 años. ¿Qué opinión le merece que una institución de estas características posea ya una trayectoria tan amplia?
– Este dato es un ejemplo más de la salvaguarda de la calidad. El vino es un alimento saludable, pero además es una forma de vida que se expresa con un sinnúmero de matices que le hacen poseer una personalidad rica y compleja. Que un Consejo Regulador cumpla 75 años es un fiel reflejo de lo que siente La Rioja hacia sus caldos, su respeto, su cariño y su vocación de proseguir en esa senda de búsqueda de la calidad. Además, sé que el Consejo está completamente inmerso en la historia de La Rioja y la importancia que posee el vino para esta Comunidad. Para una persona como yo es un alto orgullo obtener este premio el año del 75 aniversario.
El vino, consumido con moderación, es cardiosaludable
Valentín Fuster señala que está totalmente probado que el consumo de vino, sin excesos, es beneficioso para la salud: “Es complicado hablar de una dosis exacta. Yo puedo decir que la Asociación Cardiológica Americana señala que dos vasos al día a la hora de las comidas es una dosis positiva. De lo que no hay ninguna duda es que su consumo de forma moderada es beneficioso para la salud”. Valentín Fuster dirige desde 1994 el Instituto Cardiológico del Hospital Mount Sinai de Nueva York. Nació en 1943, estudió Medicina en Barcelona y se especializó en Cardiología en Edimburgo y Rochester. Es miembro de las sociedades de cardiología más importantes del mundo, y sus investigaciones han representado aportaciones trascendentales en patología cardiovascular, especialmente arteriosclerosis, terapia antitrombótica, estudio de plaquetas, aplicación de la ecografía al estudio de los vasos y, últimamente, la aplicación de la terapia génica a la patología cardíaca.
