Cuando escucho la voz de Magdalena Kozená dibujando la armonía angelical de una cantata de Bach creo que no es posible que un ser humano sea capaz de estremecer el aire con semejantes dosis de belleza. Esta mujer me acompaña a todas horas desde que la he conocido gracias a la magia de internet, sus arias me llevan por las calles levitando, los peatones se vuelven, los niños me aplauden y los municipales se desgañitan locos persiguiendome sobre las aceras. No soy yo, les digo; es Magdalena Kozená, su canto, su prodigiosa e inalterable voz divina. Nadie parece entenderme y vuelvo la mirada entornando los ojos para seguir escuchándola tan sólo una vez más.
o Esta obra es: J.S. Bach - Bwv199 - Cantata - Aria S: Stumme Seufzer