La novillada de ayer empezó envuelta en una agria polémica suscitada en la lidia del primer astado del Marqués de Domecq. Un aficionado muy conocido de la ciudad, Vinicio Gutiérrez, protestó sin insultar pero con vehemencia la contratación de Sergio Serrano para sustituir a Manuel Jesús Pérez Mota, cogido de gravedad en la pasada feria de Morazarzal. Varios espectadores recriminaron la actitud de Vinicio, lo que provocó que otras personas salieran a defenderle, incluso desde dentro del callejón. El caso es que cuando los tendidos abrocaban, protestaba o apoyaban, el torero aludido se encontraba en el ruedo faenando de muleta al su primer oponente. La Comisión Organizadora votó el día anterior la contratación de este diestro para cubrir dicha baja y de esta manera, Sergio Serrano –ganador en su día del Zapato de Plata– estaba firmando su tercera presencia en la Feria de las Novilladas. Vinicio Gutiérrez gritaba que «era el torero de la empresa» y como la cosa lejos de calmarse parecía ir a más, se presentó un número de la Guardia Civil en el tendido: «Me pidieron la documentación y yo lo que en ningún caso quería era provocar un problema de orden público. Ante esa tesitura, lo que decidí fue irme de la plaza, pero yo no insulté a nadie, sólo protesté una cosa que me parecía injusta», comentó Vinicio Gutiérrez a Diario La Rioja tras finalizar la corrida. El novillero Sergio Serrano, que recibió una voltereta en el segundo de su lote de la que sólo se llevó un fuerte palotazo en la cara interior del muslo, escuchó las cosas que pasaban en el tendido mientras toreaba: «Yo no soy el toreo de ninguna empresa, lo que quiero es torear y lo que no se puede hacer es faltar el respeto a un torero cuando se encuentra en el ruedo jugándose la vida. En las demás cuestiones no entro porque no es mi cometido».