Los novillos de Fuente Ymbro de ayer en Arnedo pasaron por tales mas no eran novillos de verdad, ni por hechuras ni por edad. Todos ellos saltaron al ruedo herrados con el cuatro, lo que delata que los seis ejemplares gaditanos no eran más que erales adelantados, muchos de ellos bastos y algunos otros un tanto impresentables, tanto por el escaso desarrollo de sus defensas como por lo escurridas y desiguales anatomías. Sin duda, la novillada enviada por Ricardo Gallardo a Arnedo este año ha sido la más fea, irregular y descastada de las cuatro que ha lidiado. Muchos dirán que no, que hubo ejemplares como el tercero que derrocharon bondad. Es verdad, sobre todo cuando rodaba impotente por el suelo cuando Salvador Cortés le bajaba la mano por naturales. Otros manifestarán que el quinto fue de Zapato de Oro. Quizás sí, pero por su calidad en la muleta no porque en el caballo fuera bravo, todo lo contrario, ya que hubo que cuidarlo tanto que se fue con medio arañazo de la puya, con medio arañazo tras dejarse pegar –esto, obviamente, es un desliz– con la cara alta y saliendo suelto del simulacro. Hubo algún novillo más estimable, pero cuando no caían por el suelo daban cabezazos de desaprobación al obligarles un poquito. Con este material, Daniel Luque abrió la corrida, no sin problemas en el apartado, y se encontró con una primera oreja protestada porque se concedió tras una levísima petición. La suya fue una obra desigual en la que abundó el toreo a media altura. Algún muletazo resultó estimable y Luque sorteó alguna que otra peligrosa colada. Sin embargo, a la faena le faltó consistencia y compromiso. Con el que se despidió de Arnedo estuvo rápido y perfilero. Ricardo Rivera no pasó de voluntarioso y en ambos novillos estuvo por debajo de sus contrincantes, sobre todo en el quinto, astado que le tomó la iniciativa en todos los embroques y que le desbordó por completo, sobre todo por el pitón izquierdo, con el que pasó un quinario. Salvador Fuentes es un diestro sevillano de alta expresión y de talla superlativa que se las vio con un torillo enano que se caía todo. Era noble como el solo pero cuando le bajaban un poquito el engaño besaba el ruedo sin remisión. Si eso es bravura, que alguien lo demuestre. Ah, el sexto, otro eralón, repartió calamocheos a diestro y siniestro. Si eso es fijeza yo soy el Marajá de Kapurthala.
Novillos de Fuente Ymbro, mal presentados, mansos y si fuerza, todos herrados con el cuatro. Daniel Luque: oreja muy protestada y saludos; Ricardo Rivera: saludos y silencio. Salvador Cortés: saludos en los dos. Plaza de toros de Arnedo: casi lleno. 6º y última de la Feria del Zapato de Oro. Nota: la foto es de Burladero.es y corresponde al primer ejemplar de los lidiados ayer. En dicho portal aparece una bonita crónica fotográfica con un explícito muestrario de los erales de Ricardo Gallardo, que por lo visto, estaba muy contento.