sábado, 22 de abril de 2006
Donde dije Diego digo Ponce
Y digo Ponce porque Ponce, autoproclamado torero de época, se dio ayer en Sevilla un baño de sinceridad y se colocó donde debe estar, en el espacio de la primera figura y marcando distancias con todos los demás. Cuenta Javier Villán en El Mundo que el diestro de Chiva vivió en La Maestranza la tarde de su resurección; "literalmente porque el cuarto quería comérselo vivo" (...) "Quede constancia para siempre de que ayer en La Maestranza Enrique Ponce hizo una gesta: esa gesta que borda de vez en cuando el valenciano con toros difíciles a los que hay que lidiar con conocimiento y torería". En El País –no soy suscriptor y sólo puedo leer una frase– dice así Antonio Lorca: "Una gran lección en toda regla dio ayer Enrique Ponce a la afición sevillana, tan sabia ella". Posada, en La Razón, se mete con el presidente por la oreja (qué raro) y se despacha así: "Enrique Ponce dio una lección de lidia, buen toreo y sentimiento".... Y ahora leo a Costillares en 'Toro, torero y afición': "Yo aplaudí a Enrique Ponce, dos veces, y a Mariano de la Viña tres, porque le cuentan las dos anteriores, esto de los toros es un enigmático mundo que no deja de sorprenderte a cada segundo que pasa, y a veces hasta te emociona"... (pincha aquí y sigue leyendo)
En fin que Ponce estuvo magistral. Y yo me alegro. La foto es de Maurice Berho y es del cuarto de ayer, el dichoso sobrero. ¡Yo es que me mondo con los veedores!