Desde hace tiempo se hablaba en los mentideros que a Rafael de Paula le iban a hacer un magno festival en Las Ventas. Decían, incluso, que hasta José Tomás podía reaparecer para la cosa. He aquí algunos nombres: Juli, Manzanares, Curro Vázquez... Pues bien, el asunto se va a quedar en un mano a mano entre Joselito y Morante: un torero que hace de apoderado o de asesor artístico frente a otro torero que da la sensación de que no tiene apoderado. Un maestro retirado que nos hizo soñar y que tuvo unos finales lamentables y un artista al que el toreo le hierve por dentro porque cuando lo hace es que enerva. Me parece un cartel fascinante y encima con seis cigalitas. Por una vez los taurinos o los que hayan diseñado el cartel han labrado algo con imaginación, algo diferente de verdad y creo que novedoso, ya que los mano a mano en formato festival no tienen precedentes en la historia de la tauromaquia. A veces, cuando sueño, me siento en la cama y amanezco sobresaltado pensando en que habrá toreros retirados que por dentro, aunque sea cuando sueñan, se siguen sintiendo toreros, se olvidan de cualquier cosa y se les pone la cara como se le ponía a Rafael de Paula –te acuerdas– y hacía así con la axila, se le rompía la hirsuta barbilla contra la pechera y el corazón restallaba entre la nebulosa de los puros y los anillos de los apoderados. Era de noche y Rafael de Paula todavía no se había metido a la cama. Seguía siendo más de noche y Rafael seguía si acostarse. De día, cuando las maquinaria de la vida comenzaba con su rutinario compás, Rafael ya soñaba. Si Dios quiere ese día iré a Las Ventas a soñar, aunque pongan la corrida a la hora de desayunar. Lo juro por mi Rafaé....
Ah, la foto la he sacado del periódico de pedrojota y es de Chema Conesa, otro maestro.