lunes, 30 de enero de 2006

Otra vez, Pablo

Pablo Hermoso de Mendoza ha vuelto a cortar un rabo en La México. No sé cuántos triunfos acumula, cuántos parabienes y cuanto prestigio. A mí, como aficionado al toreo, me llena de orgullo el hecho de que alguien que se ha hecho a sí mismo sin ayuda de nadie se haya convertido en el torero con más tirón de los últimos años, el más variado y el que posee más ganas de seguir triunfando. Últimamente he escuchado decir de él que no perdona nada. Me alegro por él pero me entristece que exista tanta envidia no de la capacidad de superación de este monstruo navarro, sino de sus éxitos. No se dan cuenta de que lo que hace con sus caballos y frente a los toros nadie lo podía ni soñar hace tan sólo diez años. Y ahí está, con más hambre que nadie, con más ganas de triunfar que cuando estaba canino y aprendía a torear con Ramitos y un palo de escoba en Logroño. Cuán feliz seríamos los aficiondos si salieran por la puerta de cuadrillas dos o tres toreros con su ambición. Sin embargo, los taurinos reclaman una figura mediática. Yo es que alucino: el ejemplo es Hermoso de Mendoza. Y pormi parte, que les siga sin perdonar.
La foto la he encontrado aquí.

gracias por visitar toroprensa.com

Blog de ideas de Pablo G. Mancha. (Copyleft) –año 2005/06/07/08–

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