Me aburren los taurinos
Ser aficionado a los toros no está de moda. Pero yo me pregunto si alguna vez lo ha estado. En estos tiempos la falta de referentes en la tauromaquia hace que el toreo viva una época de crisis sin remisión. Hay, por una parte, cuestiones tan desalentadoras como que el empresariado taurino esté marcado por una mediocridad indescriptible. Antes, los taurinos eran tipos con recursos y con ideas, eran capaces de motivar a los espectadores con invetos insospechados, como fue la Feria de San Isidro. Hoy, lo más que son capaces de pensar es en una corrida mixta con Cayetano o los festejos de banderilleros, que después de tantos abusos cayó en el peor de los desprestigios. La mayoría de los taurinos aburre y los que viene con nuevas ideas, lo aburren, masacran o pisotean. Entre ellos se machacan y sólo son capaces de poner cara de póker. Les importa un bledo los toros y desprecian a los aficionados. Pero eso sí, siempre están dispuestos a buscar un culpable para solventar sus despropósitos. Los taurinos me aburren y quedan muy bien retratados cuando celebran sus asambleas y no interesan un bledo a casi nadie. Eso sí, ¿que hubiera pasado en España si en Madrid hubiera saltado un toro como lo hizo ayer en la México?
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Ser aficionado a los toros no está de moda. Pero yo me pregunto si alguna vez lo ha estado. En estos tiempos la falta de referentes en la tauromaquia hace que el toreo viva una época de crisis sin remisión. Hay, por una parte, cuestiones tan desalentadoras como que el empresariado taurino esté marcado por una mediocridad indescriptible. Antes, los taurinos eran tipos con recursos y con ideas, eran capaces de motivar a los espectadores con invetos insospechados, como fue la Feria de San Isidro. Hoy, lo más que son capaces de pensar es en una corrida mixta con Cayetano o los festejos de banderilleros, que después de tantos abusos cayó en el peor de los desprestigios. La mayoría de los taurinos aburre y los que viene con nuevas ideas, lo aburren, masacran o pisotean. Entre ellos se machacan y sólo son capaces de poner cara de póker. Les importa un bledo los toros y desprecian a los aficionados. Pero eso sí, siempre están dispuestos a buscar un culpable para solventar sus despropósitos. Los taurinos me aburren y quedan muy bien retratados cuando celebran sus asambleas y no interesan un bledo a casi nadie. Eso sí, ¿que hubiera pasado en España si en Madrid hubiera saltado un toro como lo hizo ayer en la México?
