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miércoles, 28 de diciembre de 2005
«Los años han pasado, pero todavía me queda bastante de aquella vena salvaje de Pata Negra»
Entrevista con Raimundo Amador, que recuerda sus años de Guitarras Callejeras y sus trabajos con Camarón
Raimundo Amador ya no es aquel joven guitarrista que grabó en 1979 con el mismísimo Camarón y Tomatito ‘La leyenda del Tiempo’, uno de los discos más alucinantes de la historia del flamenco. Raimundo tampoco es el guitarra surrealista de Pata Negra (el de los picados imposibles), pero Raimundo, ‘Mundi’ para los amigos –B.B. King incluido– reconoce sin ambages que «aunque no soy el mismo de antes, todavía me queda un poco de aquella vena salvaje de Pata Negra».
– Su disco, ‘Isla Menor’, tiene un sonido lleno de fusión. Sin embargo, nunca abandona la herencia flamenca...
– Yo soy flamenco a pesar de que algunos me quieran negar el pan y la sal y me aburre tener que ir demostrandolo cada día, pero yo no voy a renunciar a mis sentimientos jamás.
– Pero usted empezó desde el principio con la fusión cuando apenas había ningún movimiento musical que les precediera.
– En la primera época de ‘Pata Negra’, (los años de discos como ‘Rock Gitano’ y ‘Guitarras Callejeras’) nosotros nos lanzamos a una especie de precipicio porque no había nada donde poder agarrarnos y hacíamos la música que escuchábamos en casa desde niños, mezclada con la influencia de la guitarra de Jimmy Hendrix. Por eso ‘Pata Negra’ cautivó de aquella manera y abrió un camino al que no se le adivina el final. Porque uno escucha las canciones de aquellos años y parece que no han envejecido ni un ápice.
– Y qué queda en el Raimundo de ahora de aquel artista.
– Desde luego que han pasado más de veinte años, pero todavía habita en mí bastante de aquella vena salvaje. También puedo decir que como músico estoy en mi mejor momento, con un bagaje detrás que me aporta una sensación de madurez impresionante, con más conocimientos, con más técnica, con más ilusión.
– ¿Qué significó participar activamente en la grabación junto a Camarón de ‘La Leyenda del Tiempo’?
– Aquello fue increíble. Al principio cuando salió el disco, con Tomatito, con músicos de ‘Alameda’, y ‘Dolores’, sonando la guitarras eléctricas y la batería, hubo muy poca gente que lo entendió. Se cuenta que muchos devolvieron los discos porque decían que lo que sonaba no era ni Camarón ni flamenco. Ahora, se asegura todo lo contrario. Y estoy convencido de que muchos de los que fueron implacables con aquel trabajo son los que ahora dicen que es el mejor disco de Camarón. Es triste, pero es así. Y coges el disco y oyes las alegrías, el romance del Amargo, la bulería de Omar Kayan y me sigue poniendo los pelos como escarpias. Personalmente nunca olvidaré a Camarón, su sencillez como persona y su increíble altura musical.
– Uno de sus más felices encuentros artísticos ha sido con ese monstruo del blues llamado B. B. King. ¿Le siguen temblando las piernas cuando tiene que actuar con él?
– Es impresionante. Habré hecho más de 30 conciertos con él y cuando me anuncian me entra algo especial muy acongojante. Es que es un pedazo de músico, con esos baterías que lleva, con esa banda... En el flamenco mis padrinos son Camaron y Paco de Lucía y en el blues, B.B. King. Es curioso que cuando tengo que hablar con él necesito un intérprete, pero cuando cogemos ambos la guitarra nos entendemos de una manera increíble. Yo he aprendido a su lado una barbaridad y a veces le he visto marcarse alguna escala de las nuestras. Es un personaje y un músico genial.
– ¿Sigue disfrutando como siempre tocando flamenco?
– Estuve en la Bienal de Sevilla con La Negra y aquello me salió del pellejo.