El flamenco en Logroño hace muchos años que ha dejado de ser circunstancial o exótico, de tener en el público a un elemento con carácter de descubridor al estilo de Washington Irving o el Doctor Livistong (¿supongo?). El arte jondo en Logroño se ha asentado de tal manera que en estos diez años de vida de los Jueves Flamencos el público de nuestra ciudad está considerado por los propios artistas como serio, exigente, cabal y respetuoso. Por ejemplo, el genial Chano Lobato, que es de largo el cantaor más apreciado por nuestra afición, ha destacado en más de una ocasión el placer que para el supone actuar aquí: «Siempre me han tratado muy bien, incluso haciéndome repetir una semana después. Se puede pedir más», se preguntaba un artista que es parte clave en la historia de lo jondo y también de la exposición que adornará la muestra: ‘Caballeros Flamencos’, obra del fotógrafo Paco Manzano y que se podrá disfrutar en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento.