José Mercé dejó un desigual concierto el viernes en Riojaforum. Y la verdad es que el cantaor jerezano se desenvolvió por el escenario con una soltura excelente, con la propiedad de quien ha sumado conciertos en medio mundo y del artista de este género que más discos ha vendido de la historia del flamenco. Sin embargo, dio la sensación de que al concierto le faltó ángel y le sobraron varias cosas, como un sonido demasiado irregular y por momentos decepcionante, como en esa toná con la que comenzó su actuación y que careció de relieve y brillo porque cuando Mercé subía los registros y pegaba el grito, la megafonía sencillamente le traicionaba dibujando grotescas saturaciones impropias de un concierto de esta envergadura y de una sala de tan excelente resonancia.
La primera parte de la actuación fue flamenca sin concesiones y tras la mencionada toná, se arrebujó por soleá y por una malagueña de excelente rajo aunque de poco recorrido. Y es una pena, porque José Mercé canta como pocos y en Logroño había dejado patente su categoría en dos excelentes conciertos en el Bretón, sobre todo en el de hace diez años, en el Salón de Columnas y que sirvió para inaugurar los exitosos Jueves Flamencos. Después, hubo alegrías de Cádiz y dos manojos de fandangos que emocionaron al respetable porque el cantaor obtuvo momentos de tronío y casta, aunque el resultado tampoco se redondeó porque faltó cierta hondura.
A continuación salió el grupo sin Moraíto y se pasó del flamenco al llamado flamenkito. El sonido tampoco se acababa de arreglar y ya con el tocaor en el escenario se fueron por rumbas en un soniquete camaronero que entusiasmó a un gran número de espectadores que parecía ávido de que Mercé se fijara en los temas de sus últimos discos para redondear el concierto. Tras cantar Confí de Fuá, lo más esperado de la noche, 'El Chino' le pidió que se fuera por bulerías. Y claro, no se fue, ya que tenía su guión y no podían faltar ni 'Al alba' ni 'Aire', dos temas con gancho comercial pero diametralmente opuestos a la calidad de este cantaor que parecía errático por momentos y falto de algo que siempre le ha sobrado: el talento que acompasa con una garganta descomunal y limpia.
Al final, cuando muchos todavía esperaban algo más, se terminó yendo por bulerías, lo que debió de encantarle al 'Chino', y se tiró dos pataítas en el escenario.
La mayoría salió encantada del concierto y no les debieron faltar las razones para ello, pero después de ver a este hombre partirse la camisa por siguiriyas como sólo lo saben hacer los elegidos, el concierto del pasado viernes fue una pequeña decepción para los aficionados que aman el cante grande, ese estilo simpar del que Mercé es uno de los principales maestros.