lunes, 31 de octubre de 2005

María Toledo, una maravilla


El flamenco en La Rioja vuelve a estar de enhorabuena y esta vez gracias a una magnífica iniciativa protagonizada por Bodegas Riojanas, que ha organizado –con el asesoramiento de Antonio Benamargo– un precioso ciclo de cante y toque en su acogedor auditorio de Cenicero. La organización fue magnífica, el sonido perfecto y el concierto de María Toledo, una maravilla de flamencura, un placer para los sentidos y un despliegue de buen hacer en el escenario. Y es que María Toledo lleva un camino fulgurante para convertirse en poco tiempo en una de las voces flamencas de referencia. Porque todo lo que canta María lo hace con un desparpajo alucinante, con un sabor añejo y un embeleso en cada tercio que con ella, el cante crepita y sabe a nuevo, a auténtico.
Además, María se sabe acompañar con un maestro de la guitarra –Paco Cortés– que es capaz de llevar el cante con delicada parsimonia para brillar siempre con una estupenda discreción, lo justo y no arrebatar ni un milímetro de protagonismo a una cantaora que hace transitar su voz por los palos más complejos del arte jondo con una facilidad asombrosa, con una sencillez impropia de una joven universitaria que acompasa su quejío con la carrera de Derecho y con un saber estar sobre los escenarios inaudito. En la última edición de los Jueves Flamencos, María Toledo tocó el cielo; el pasado jueves se paseó por las alturas en más de un momento, como en la malagueña o la soleá, la siguiriya rotunda, el martinete inicial y en esas alegrías en la que se pone gitana, absorbe la garganta y es capaz de romper el cante para volverlo a rehacer después con un eco que en ella es auténtica fragancia. María Toledo cautivó y el público quedó maravillado por su cante, el entorno y el sabroso vino de la despedida.

Tres noches flamencas de Bodegas Riojanas
Primer Concierto.
Jueves 27 de octubre de 2005. Auditorio de Bodegas Riojanas en Cenicero. Lleno
Cante: María Toledo.
Toque: Paco Cortés.