martes, 20 de septiembre de 2005

PRIMERA DE FERIA DE LOGROÑO

El toro, sin ir más lejos

Toros de Cebada Gago, muy bien presentados, ofensivos, con poder y encastados.
Pepín Liria: pitos, oreja y vuelta tras aviso
Luis Miguel Encabo: oreja, saludos y oreja
Plaza de toros de La Ribera. 20 de septiembre. Primera corrida de feria. Tres cuartos de entrada. Domingo López Chaves fue cogido en un quite al segundo de la tarde. Sufrió una cornada de 15 cms. en el triángulo de Scarpa de cáracter grave. Fue intervenido en la plaza y la corrida quedó en un mano a mano


El toro bravo y con poder –ése animal el peligro de extinción– salió ayer al ruedo de Logroño y la corrida fue un verdadero primor, un grandioso espectáculo en el que la emoción y la torería inundaron el ruedo, el moderno coso y la ciudad entera. Porque hubo torería, con mayúsculas, y valor en los tres coletudos. El peor parado fue López Chaves que, al ensayar un quite por chicuelinas al segundo de la tarde, fue arrollado de mala manera cuando se disponía a materializar la media de remate. Por fortuna y aunque el pitón merodeó vasos y zonas sensibles, la cornada fue limpia. Así que el festejo quedó en un mano a mano en el que Pepín Liria y Encabo se fajaron con seis toros de los que ya no se llevan. No hubo ningún triunfo redondo ni apoteósico, pero el segundo de la tarde, un pavo de impresión, permitió al madrileño dibujar dos hermosas tandas con la derecha y un precioso pasaje al natural. El bravo cebada humillaba hasta la extenuación y toda la plaza se rinidió en aquellos pasajes de gloria torera. Mas no redondeó y la cosa se quedó en una oreja. Pepín abusó de las cercanías y se llevó un volteretón del encastado quinto. Antes, en el tercero, se las vio con otro ejemplar emocionante y franco y se pegó otro de sus trágicos arrimones. Terminó la tarde con otra faena de Encabó en la que la pinturería se solapó con algún momento bueno por ambos pitones. Fue paseado a hombros.