Javier Gil Abad ‘El Javi’ nunca quiso ser matador de toros. Desde que ingresó en la Escuela Taurina de Calahorra lo hizo para ser banderillero. Lo ha conseguido y su carrera está marcada por el éxito
Javier Gil Abad es un caso atípico en el toreo, ya que aunque muy al principio de su carrera albergó la idea de ser matador de toros, enseguida vio que su trayectoria en este mundillo iba a ser desde el escalafón de los que se visten de plata.
‘El Javi’ comenzó su andadura taurina corriendo y recortando toda suerte de reses en festejos populares. Con más de 20 año ingresó en la Escuela Taurina de Calahorra y empezó a conocer la técnica del toreo con el capote y la suerte de banderillas.
Su primer traje de luces lo vistió en Floirac (Francia) el 7 de mayo de 1989, formando parte de la cuadrilla de Pedro Carra. Ese mismo año debutó con las banderillas, en la plaza de Herce, en esta ocasión en la cuadrilla de Víctor García ‘El Víctor’.
Es un banderillero que lidia muy bien con el capote y lleva a los toros muy despacio sin ninguna clase de concesiones. Una de sus principales virtudes es la colocación durante la lidia y por ello posee un gran número de trofeos. Además, se ha acostumbrado a la lidia de ganaderías duras.
Ha acompañado a toreros como Eduardo Dávila Miura, Antonio Ferrera, el francés Stephan Fernández Meca, Pepe Luis Gallego, José Luis Ramos o Domingo López Chaves, con quien vino a Logroño para vérselas con la corrida de Cebada Gago. Además, también ha actuado con sus compañeros de Escuela, los también calagurritanos Pedro Carra, José Antonio Pérez Vitoria y Víctor García ‘El Víctor’