Pablo Hermoso de Mendoza estaba ayer íntimamente satisfecho por la faena que realizó al primer toro de la tarde: «Ha habido momentos en los que me he fundido con él, que me he sentido con una enorme plenitud. De hecho, cuando salió de chiqueros me dio la impresión que iba a ser más reservón, pero cuando rompió a embestir no paró hasta el final».
El rejoneador estellés, que realizó en el corrida de ayer su cuarto paseíllo en La Ribera y el primero en el que no se ha puesto el cartel de ‘no ha billetes’, dejó la siguiente reflexión sobre la escasa respuesta del público a la corrida: «En un principio no tenía la intención de venir a Logroño en estas fechas, pero después tomé la decisión tras comentarme la empresa el deseo que había en la cuidad de volverme a ver. De todas formas, ya nos imaginábamos que traer a más de media plaza en estas fechas iba a resultar muy complicado. Las corridas de toros se han convertido en un espectáculo que funcionan bien dentro de las ferias, pero que tienen menos viabilidad fuera de los abonos más establecidos. Es algo triste reconocerlo, pero ésta es la realidad».
El rejoneador estellés habló de la faena al primero de Gutiérrez Lorenzo: «He visto muy pocas veces embestir a un toro con tanta calidad y con tanta entrega. Y, además, tan de seguido, yéndose cada vez a más. He estado muy feliz con él, haciendo las cosas tan perfectas que a lo mejor la faena no ha tenido el recibimiento por parte del público que esperábamos por eso mismo, porque el toro no planteaba las dificultades de otras ocasiones y la emoción ha venido más por la belleza que por la sensación de peligro que en un momento dado surge de la peligrosidad».
José María Manzanares también se sumo a las alabanzas hacia Hermoso de Mendoza: «Es un maestro consumado y de alguna manera nos ayuda a todos los toreros a crecernos y a estar mejor después de verle actuar. La verdad, es que sobran las palabras para describir lo que les hace a los toros».
Por otra parte, todos los picadores que han actuado en los dos festejos de este fin de semana han sido propuestos para sanción por tapar los dos ojos a los caballos.