Iker Xabier Markuartu, sobrino segundo del ‘lehendakari’, toreó el lunes en Santo Domingo
Iker Xabier Markuartu es un joven novillero de Llodio (Álava) del que se especula que en la próxima feria de Bilbao tomará la alternativa de manos de “El Juli”. Hasta aquí sólo destaca su inhabitual procedencia para el arte de Cúchares. Sin embargo, lo más curioso es que además es sobrino segundo de Juan José Ibarretxe, ‘lehendakari’ del Gobierno vasco: “El año pasado le brindé un novillo en la feria de nuestro pueblo y aunque no sé muy bien si es aficionado, lo cierto es que suele ser habitual verlo en muchas plazas de toros”.
Iker dice que no le molesta que le recuerden el cargo de su tío, pero que a lo que aspira es darse a conocer por sí mismo: “En Llodio todos me conocen como ‘el torero’ y yo lo veo con toda naturalidad, aunque a muchos les parece que estoy loco o que sea algo parecido a un extraterreste”. Sin embargo, avisa de que en otros sitios también les llama la atención su nombre y todo lo demás: “Lo de Iker les sorprende, sobre todo a los mayorales y a los hombres de las ganaderías, pero cuando les digo que soy vasco se quedan de una pieza porque como en Bilbao salen los toros tan grandes me preguntan que cómo puedo tener ganas de torear en esa plaza. Así que tengo que vivir con la sorpresa de los demás tanto en Euskadi como fuera de ella”. A Iker, que en los carteles aparece como Javier Lara como homenaje al nombre de su ‘ama’, le vino la afición torera gracias a los espectáculos de promoción que se daban en su pueblo: “Al principio me lo tomé como un juego porque yo me daba cuenta que era capaz de hacer lo que los toreros frente a la cara del toro. Luego, me fui metiendo más y más y ahora esto es como una droga que cada día me atrapa más”.
Iker dice que no ha sufrido nunca rechazo por su afición pero sí ha notado cierta perplejidad: “Mire, un torero que se llame Iker no es muy habitual, pero en la fiesta de los toros siempre ha habido hombres vascos muy importantes”. Y como ejemplo dijo unos cuantos: empresarios como los Chopera; los ganaderos Ybarra y Aguirre y toreros como Mazantini, Fortuna, Pascual Mezquita...
Iker admira a Ponce: “Tiene una clase y una regularidad admirable, aunque me encantan los toreros de arte como José Tomás”. Pero lo que más le duele es el poco atractivo de las novilladas: “A veces sí que hay que pagar por torear y eso es bastante triste, aunque en este sentido tengo la suerte de contar con dos apoderados que a la vez son empresarios de varias plazas”. Iker reconoce que para muchos es un ‘bicho raro’ pero que su vida es la tauromaquia y que los toros en el ruedo no le piden el carnet de identidad a nadie, ni saben de política.