jueves, 10 de febrero de 2005

Paseillo de caballos ciegos y sordos

Todos los picadores de San Mateo fueron advertidos sobre la ilegalidad de tapar los dos ojos a los caballos


Todos los días antes de comenzar la corrida, los dos presidentes y el delegado gubernativo de la plaza de toros de Logroño se dirigían a los seis picadores de cada festejo para avisarles de que según el reglamento taurino está prohibido tapar los dos ojos de los caballos con los que se realiza la suerte de varas. «Se lo decíamos por activa y por pasiva, pero no había manera de que nos hicieran caso», comentan Manuel y Antonio González, los dos nuevos habitantes del palco del coso de La Ribera.
Así que ni cortos ni perezosos, decidieron dar un paso sin precedentes: proponer para sanción a todos y cada uno de los picadores que actuaron en la última feria de San Mateo. Esta semana se ha hecho oficial que la Consejería de Administraciones Públicas del Gobierno de La Rioja (competente en materia taurina desde 1994) ha resuelto sancionar a todos los varilargueros que hicieron el paseíllo en Logroño, con una multa de 180 euros en 32 de los casos y de 540 euros a los dos restantes por «efectuar la suerte de varas de forma antirreglamentaria». Según ha podido saber este periódico, uno de estos picadores es Jaime Ruiz Soro, de la cuadrilla de Miguel Abellán, que se llevó una enorme pitada por parte del público logroñés durante la lidia del cuarto toro de la corrida del día 23 de septiembre.
Responsabilidad
El reglamento taurino, y a diferencia de otras partes de su complejo articulado –lleno de ambigüedades y con posibilidad de diferentes interpretaciones–, no deja lugar a dudas en este caso, ya que en su artículo 72, punto segundo, dice que «el picador cuidará de que el caballo lleve tapado sólo su ojo derecho y de que no se adelante ningún lidiador más allá del estribo izquierdo». Para muchos especialistas, utilizar la expresión «cuidará» incide en la responsabilidad del picador, a pesar de que muchos profesionales de la puya achacan a las cuadras de caballos la razón última de tapar los dos ojos.
Uno de los veterinarios de la plaza de toros de Logroño dice que es habitual esta práctica en la mayoría de los cosos españoles: «El reglamento dice que los caballos no pueden ser de razas traccionadoras. Sin embargo, lo que se hace habitualmente es poner ejemplares cruzados entre sangres de tiro y otras más ligeras. Lo que no queda claro en ningún caso el porcentaje de dicho cruce. De ahí, que los caballos de picar sean auténticas moles dificilmente manejables, por lo que hay que recurrir a su total aislamiento de lo que sucede en el ruedo». Además, y como reconoce uno de los presidentes logroñeses, es habitual que amén de salir con los dos ojos tapados, se les coloquen en las orejas un canuto de papeles de periódico humedecidos, sujetos con una goma para que los equinos no oigan absolutamente nada. Pero no termina ahí la cosa, ya que es una práctica habitual su sedación a base de tranquilizantes. Este extremo, cuya práctica ha sido ratificada a este diario por un especialista en salud animal que prefirió mantenerse en el anonimato, obviamente, también está fuera de la órbita del reglamento taurino.
‘Chopera’, sorprendido
Óscar ‘Chopera’, empresario del coso de La Ribera, mostró ayer su sorpresa al enterarse de las sanciones emitidas desde la administración autonómica riojana. Sin embargo, restó importancia al hecho de que los caballos salgan con los dos ojos tapados, ya que según el taurino donostiarra, la suerte de varas «necesita una profunda reforma en otros aspectos, ya que hay que ver lo que está sucediendo con las puyas porque los toros sangran más que nunca. Y además, hay que realizar un estudio serio sobre lo que pasa y si es necesario modificar la puya, modificarla».
También se refirió a la situación profesional de los picadores: «Dependen de los matadores y cumplen sus órdenes porque los toreros son los que les pagan y nunca he visto despedir a un varilarguero por castigar mucho a un toro». Con respecto a la sanción, ‘Chopera’ también incidió en que se tapan los ojos en la mayoría de las plazas españolas.
A Eduardo Andrés, presidente del Club Taurino Logroñés, le llama la atención que exista una norma que se incumpla sistemáticamente. Sin embargo, incide que el mayor problema de la suerte de varas no radica en que los dos ojos estén tapados, sino que esto es sólo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo.